martes, 1 de julio de 2008

Tres poesías.


La sutileza del poeta se despierta en un curioso -y vano- ejercicio de salvación a través de la vida nocturna. Según su propio psicólogo, el anonimato cálido y latente de la discoteca significaba también la vuelta al útero materno, al afecto primario. También se nota un permanente intento de vencer al destino una y otra vez (lo que nos remite a una infinidad de mitos). El Capitán Chas Chas, siempre nos sorprende por su constancia. Y esto es lo que talló en la barra de un bar:

MATERIALES

En bronce,
Se ejercitan los forzudos.
En terracota
Se durmió un ejército oculto.

ESPEJOS

Los espejos rechinan de impaciencia
Necesitan, más que nada, más que el agua
Algún humano en que reflejarse.
A veces (no es lo mismo)
Atraen algún perro, algún gato.

PAJARO DE FUEGO

Pájaro de fuego,
fénix inconcluso,
resignado a arder.
Quizás un alma errante.
Un soplido rojizo,
despide al último,
de sus acólitos.

No hay comentarios: