sábado, 27 de septiembre de 2008

El jardín del vecino (siempre parece más verde)


Anoche un amigo recién divorciado se despachó con una tremenda aseveración: "cuando estás casado, de un día para otro, notás que diez años de tu vida se te fueron en nada, en la rutina y la monotonía... ".

Bingo! Esto era lo que yo estaba necesitando.
En un principio, y de un plumazo, este amigo despechado había justificado mis tantos años de soltería (algo que incomodaba hasta a mi terapeuta). Caí en cuenta que soy así en mi esencia, un amante de la libertad, de lo impredecible: casi un salvaje social.

Apenas le refería el comentario al Capitán Chas Chas, este me hizo notar una cuestión central: que la adrenalina y el "no saber que hay mañana" de la soltería también producen acostumbramiento, por lo tanto, en algún momento también producen rutina y monotonía. En consecuencia y en última instancia, dudaba seriamente de mi libertad.

Agregó que según le había aventurado una tarotista, me había llegado la hora de asentarme, de dejarme abrazar por la monotonía solar del afecto.

Hechas estas aseveraciones, se fue de putas sin remordimiento.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Sensación del cosmos autoconciente


¿Será posible, acaso, que una pequeña parte de mi conciencia quedará alguna vez impresa (dejando su pequeña huella) en los átomos que me conforman -o que alguna vez me conformaron-?

En tal caso, aunque mis células inevitablemente desaparezcan como tales, me habré vuelto ilimitado, otra vez parte del misterio astral.

Si eso fuera posible, por oposición, en este preciso momento podría escuchar en mí mismo el principio de los mundos.


domingo, 14 de septiembre de 2008

En la tierra de los campeones del mundo


Que lindo es aprender a surfear a los 44; en un mar plagado de cursis delfines (casi hubiera preferido crueles tiburones).

Si mi mente pudiera surfear así -como si nada-, y mudarse a voluntad hacia el agua caliente...pués entonces yo no sería yo, ni vos serías vos, y todo esto caería como un sueño maldito. Lo lamento en el alma: este soy yo, y mis (férreas) circunstancias. Hay algunas cosas que simplemente no puedo hacer.
Justo en ese momento, me había vuelto invencible y aunque no me crean, las olas eran enormes, pero las dejé así de chiquititas...