sábado, 14 de julio de 2012

Un cielo celeste pastel




Cuando era chico imaginé un cielo francés, celeste pastel: para ser más preciso, creo que lo robé de una historieta de Tintín, y que también lo transpolé a otras historietas, Ese cielo perfectamente celeste (si no recuerdo mal, venía con un muelle debajo) se transformó en un ideal: quién lo desentrañara, quién entendiera sus diferentes texturas superpuestas, su profundidad, las sutilezas que habitaban en las nubes..., esa persona entendía todo.
Con el tiempo, por diversas razones, dejé de buscarlo.
Sospecho, que el día de mi muerte, esa certeza de celeste pastel me va a envolver, y debajo un barco, un mar, una aventura.

martes, 10 de abril de 2012

Ser feliz

Ser feliz es una decisión. Ser feliz no depende de nadie más que de nosotros mismos. En todo momento tenemos todo lo que necesitamos para ser felices.
***

Nuestra mente -perversa- a cada momento crea faltantes, genera hipótesis, sugiere posibilidades. Quiere aferrarse a todo lo que ve, como una pulpo de infinitos tentáculos, mi mente ve y quiere, piensa y quiere. Y esta es una sociedad donde se ve mucho, por lo tanto se quieren muchas cosas diferentes. Esos tentáculos que quieren aferrar, en realidad son los barrotes de una cárcel de deseos, de una prisión de condicionamientos mentales. Y para ser feliz, primero hay que ser libre.
***

Ser feliz no depende de estar en pareja, ni de tener una familia, ni de tener hijos, no depende de ser rico, y podría agregar -si bien no lo experimenté- no depende de estar sano, ni de estar moribundo.
***

Ser feliz, tampoco implica ser inmune a los desbarajustes y dolores de la vida diaria, lo contrario sería dejar de ser humano.
***

Ser feliz, creo, tiene su raíz en la aceptación de lo que tenemos, pudiendo apreciar lo que aparentemente nos falta -sin envidia ni celos- y restándole importancia.
***

Ser feliz se nutre de aceptar el orden normal y natural de las cosas: que tarde o temprano, todos vamos a morir, no importando nuestras conquistas. Todo eso queda sepultado en las mismas arenas que sepultaron la tumba de Osymandias.


Creo que la historia es así, pero tal vez no. Cada uno sabrá...
Peace & Love.

El orden natural de las cosas II.




Desde un inicio la Tierra se expandió, floreció, y ahora está sufriendo un proceso de degradación , que va a concluir con su aniquilación final inevitable. Pero sonrián, porque no es tan terrible.

Los seres que la poblamos la vamos fagocitando, extrayendo, chupando, mutilando, cercenando, contaminando, envenenando, matando, y eso es irremediable. Pero no vale la pena ponerse triste.

Somos casi un virus que ataca una célula ínfima, minúscula, impensada. Es solamente una cuestión de escalas. No somos concientes de lo que hacemos: es nuestra esencia, y no podemos escapar a lo que somos.

Como un virus: ¿O acaso sabemos con certeza que no hay minúsculas civilizaciones afincadas en esas minúculas células destructoras, que terminan por desguazar nustro cuerpo? ¿Quién puede afirmar que no hay vida montada en los infinitos protones y electrones de nuestros cuerpos? (unas civilizaciones diminutas, pero mortalmente destructoras).


Y con el Sol algo semejante va a pasar; terminará su ciclo penosamente devorado por su propia materia ingrata: una muerte sin glamour.


El espacio interior réplica el espacio exterior. Así lo que es arriba es abajo, y lo que es afuera es adentro. La degradación de todo forma parte del orden natural de las cosas.

Si los componentes del Universo se degradan, desde lo más simple, a lo más complejo, entonces el Universo debiera degradarse y dejar de existir: las galaxias serían al Universo como los átomos celulares al cuerpo humano. Todo será entonces una cuestión de escalas: y llegará un momento en que el cuerpo cansado del Universo termine de degradarse y muera.

De esa degradación nacerá -tal vez- vida nueva, como nuestros cuerpos alimentan la tierra, que a su vez alimenta pequeños organismos, y así en adelante.

Ese debiera ser el orden natural de las cosas. O tal vez no.

Paz y amor.

martes, 21 de febrero de 2012

La contrarrevolución ética: más corruptos que el gobierno.

En Argentina del 2012 ya no tiene mucho sentido seguir siendo ético ni transparente. El gobierno no tiene la menor intención de ser controlado y la ética pública se terminó para siempre. Esto genera una situación muy angustiante para el ciudadano común, para aquel que gana la vida con el trabajo digno (y no con el currito). La angustia genera mal humor, y ese mal humor genera, a la larga o a la corta, serios problemas de salud. Mi sugerencia para revertir ese cuadro inevitable es, que de ahora en adelante, todo ciudadano intente ser lo más corrupto posible. Y lo exprese.

Asumo, desde el principio, que la conducta ética no es un imperativo biológico, ni siquiera una regla física o química, sino simplemente una regla de convivencia organizada. Por lo tanto, puede ser cambiada por la sociedad.

Esa regla de convivencia social sostenía -en la teoría- la conveniencia de una transparencia impecable en el manejo de la "cosa pública". Tal es así que un sistema lógico, como el derecho, creó determinados delitos e incompatibilidades únicamente para los funcionarios públicos.

No obstante la existencia de esa regla de conducta ética, desde este Gobierno Nacional se hace gala de una corrupción estructural colosal (para ser justos, esto viene de arrastre). Y así se suceden, uno tras otro, sucesivos ejemplos que nos van desguazando la mandíbula:
- secretarios de la presidenta, dudosamente millonarios (en adelante "dm");
- vicepresidente Vodoo "dm" -y alevoso dueño de Ciccone-;
- jovenes asesores de "La Cámpora" "dm";
- jueces -como Oyarbide- "dm";
- ex Secretario de Estado Jaime "dm";
- Schocklender y otros supuestos luchadores de los derechos humanos "dm", etc..

Y a esto le agregamos conductas poco claras:
-periodistas que usan un medio público como ATC (o sea, de todos los argentinos) para hacer propaganda alevosa al gobierno y atacar a otros argentinos que piensan diferente;
- una patética pelea con el grupo Clarín, del cual eran grandes amigos en el pasado;
- una denostación de los años 90, y después volver a los abrazos con Carlos Mendem;
- candidaturas testimoniales que son una bofetada a los votantes;
- la antigua y tradicional utilización de los pobres para obtener votos;
- los amigotes de la infancia que de un día al otro, se aparecen como "capitanes de la industria"y manejan empresas millonarias; etc.
-
Adicionalmente, la oposición política demuestra una aridez de ideas y una inacción tal, que parecen lindantes con la imbecilidad. Los ineptos de la oposición resultan funcionales (a propósito o por azar) a la corrupción estructural. Por lo tanto, solo los ciudadanos individuales podemos cambiar el estado de las cosas, pateando el tablero.

Entonces, creo que llegó el momento de reformular lo que es ético y lo que no lo es. Ya no tiene ningún sentido luchar contra un Estado que no quiere que lo controlen: es imposible de enderezar lo que se corrompió inevitablemente. Por lo tanto, hay que desprenderse de la ética del pasado, de la que aconsejaba que no era conveniente ser corrupto ni ladrón.
La solución es simple, y se ejemplifica con la teoría de los "halcones" y las "palomas". Los "halcones" (corruptos constantes) solo pueden crecer en una sociedad de "palomas" (ciudadanos cumplidores). Los corruptos constantes necesitan de una sociedad mayormente cumplidora, productiva, de una sociedad que produzca la riqueza que ellos puedan piratear.
Si toda la sociedad fuera de corruptos constantes, entonces, se acabaría el negocio de los halcones. Por ejemplo, y yendo a un extremo, porque ya nadie pagaría impuestos; y al carecer de caja, no se podría sostener la política clientelista, ni los privilegios de los legisladores o de los punteros. Ante la corrupción excesivamente alevosa las empresas inversoras extranjeras se retirarían.

Por eso, es que la contrarrevolución ética solo puede tener una vía: que todos seamos más corruptos que el gobierno. Que al postularnos para un cargo, prometamos que solamente vamos a robar, digamos públicamente que vamos a aceptar todo tipo de coimas y que únicamente vamos a sugerir para cargos inferiores únicamente a familiares y amigos funcionales. Que vamos a pedir retornos. Que vamos a escribir y pensar de acuerdo al que mejor nos pague.

Para vivir sin más preocupaciones en la cabeza, con reglas de juego que sean las mismas para todos. Para forzar eventualmente, en el futuro, un nuevo contrato social. Para eventualmente, en el futuro, empezar de nuevo.

Paz y amor.