miércoles, 16 de julio de 2008

Un horizonte diferente


Algunas veces los horizontes se nos vuelven un tanto confusos, y figuras que siempre pasamos por alto nos sorprenden. Como también nos sorprende confirmar que en la naturaleza no hay lineas rectas. O que aquellos objetos que parecen permanecer en un sólido e imperturbable reposo, están en realidad en furioso movimiento, a una velocidad inconcebible.
La falta de líneas rectas se establecería por la llamada "ley de octavas" por el cual, si aceptamos que el universo es vibración pura, veremos que estas vibraciones son discontinuas, de tal forma que en el intervalo entre un número dado de vibraciones, y el doble de dicho número, existen dos sitios donde se produce una desaceleración de dichas vibraciones. Según fórmulas antiguas, el período en cuyo final se duplican las vibraciones estaba dividido en ocho segmentos desiguales, correspondientes al grado de progresión de las vibraciones. Esto le fue explicado brillantemente -más claramente que aquí- al Capitán Chas Chas en un libro inquietante: "Fragmentos de una Enseñanza Desconocida" de P.S. Ouspensky.
Básicamente pudo comprender que la razón por la cual permanentemente recurría en las mismas conductas tenía sus raices en la física profunda. Y que para salirse de esa situación cíclica tendría que modificar su conducta en alguno de esos dos sitios donde se desaceleran las vibraciones.
El resultado fue una serie impresionante de dislates, fechorías y experimentaciones. Pareciera que todavía no ha dado en la tecla.

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