lunes, 6 de septiembre de 2010

Carta abierta a Bond

En el casino de Punta del Este, en el futuro:
- Soy Bond, el Comandante James Bond
- Yo soy Chas, el Capitán Chas Chas, por si no me habías reconocido. Y mi trago preferido es el rusty nail, modificado: medidas dobles, tres hielos, se le agrega un dedo y medio de soda y medio dedo de jugo de naranja -eso abre el gusto del whisky, como una flor-.
A esa altura el Capitán Chas Chas se había mimetizado con el Corto Maltes, y como en los últimos tiempos, después de un trago comenzaba a hablar con extraño acento mediterráneo (que nunca había tenido).
Al rato cambiaron tarjetas, las de Bond estaban sangradas, las de Chas impecables, apenas arenadas. Bond estaba cansado.
- ¿Sabés que James?: debieras psicoanalizarte, sos un demente psicopático, como también lo era el sanguinario che guevara, como lo era george w. bush, ...como tantos otros. Y tanto desprecio al género femenino..., vos le pudriste la cabeza a unos cuantos, y también a mí de chico. Con tu ejemplo -y también con el ejemplo de mi padre- ¿cómo pretender que yo siente cabeza? Después de todo, la mujer también es un ser humano.
Bond no pareció emocionarse, solo buscó más fichas en su bolsillo e intentó una mueca. Claro que no supo que mueca hacer; es que lo habían interpretado tantos actores que no tenía muy claro como seguir.
Se saludaron con un apretón de manos.
Antes de irse Chas le dijo:
- ¿Sabés que James? Hoy corté amarras, hoy soy el espíritu de la libertad.

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