viernes, 7 de noviembre de 2008

Dancing with myself


Hay distintas formas de bailar. Una de ellas es la superflua.

Pero yo prefiero el baile viceral y comprometido; ese que aparece espontáneo, a veces amplificado por la textura de la música; ese que absorbe la totalidad del momento. Nada me distrae: y es entonces cuando alrededor mío, el espacio se modifica y me vuelvo invencible.
Quiero agregar que mi concepto de invencibilidad no necesariamente es el de Aquiles: para mí, invencible es aquel que acepta con total naturalidad el devenir de la vida y el fin de la existencia; invencible es aquel que comprende y acepta sin fricciones el orden natural de las cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es ese baile que de alguna manera inexplicable, nos hace olvidarnos por un momento de nuestra finitud en un intento de fundirnos con algo más vasto y trascender la muerte. El anhelo de fusión con algo más vasto...