sábado, 23 de mayo de 2009

Estirando la teoría de las cuerdas


I.-

La materia elemental de la cual se componen los átomos -las llamadas "cuerdas"- parece ser la más esencial manifestación de un universo que tiende a unificarse, construyendo átomos. Si la materia más fundamental no estuviera signada por la capacidad de unirse, entonces, nada existiría, ni vos, ni yo.

II.-

La fuerza que hubiera creado el universo (tal vez, absolutamente desinteresado por la suerte de los humanos), lo impregnó de la posibilidad de unión que podríamos llamar amorosa. Por lo tanto, la creación sería un acto de amor.

III.-

Comprender que:

en nuestra profundidad, estamos constuidos de la misma materia elemental que el resto del universo;

esa materia elemental tiene, en su origen esencial, la tendencia a unirse, y no a repelerse;

esa tendencia a unirse, por la materia, puede caracterizar la creación del universo como un acto de amor;
el hecho eventual de que la creación del universo sea un acto de amor, no significa necesariamente que el creador esté pendiente, o tenga conciencia de la existencia del hombre;

si venimos del universo, simplemente volveremos a él;

todo tiene una vibración determinada, y nosotros también;

nuestra conciencia, al vibrar, bien podría quedar impregnada en las "cuerdas" que compusieron nuestros átomos, por lo tanto, podría volverse trascendente;

somos seres autoconcientes, y nos reconocemos como una parte del universo;

al impregnar a las "cuerdas" con nuestra conciencia, entonces le estaríamos devolviendo algo de conciencia al universo;
o tal vez no, pero ¿quién me quita lo bailado?

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