
Otras miradas son puñalada -y no todas son arteras-. Estas miradas son un rayo y dolorosas.
También las hay glaciales y no necesariamente son las que se forman en los ojos azules. Son todas innecesarias, pero existen.
De todos modos, las miradas de mujer que más me impresionan, son las que traen su ternura. Esa es la mirada esencial, y milagrosa, la que nos recuerda que el universo es amor.